La conectividad ha permitido grandes avances y abierto nuevas posibilidades al sector del transporte, pero también el desarrollo de la conectividad trae consigo un mayor riesgo de ciberataques ya que gracias a la esta se recaban grandes cantidades de información muy valiosa.

Algunas empresas de flotas siguen siendo reticentes a incluir en sus presupuestos partidas destinadas a ciberseguridad, pero lo cierto es que unas soluciones adaptadas a sus necesidades y presupuesto, así como la reciente regulación en este campo, puede mejorar considerablemente la seguridad en estas empresas.

No hay que olvidad que un error muy común es sentirse protegido frente a estos ataques, y por ello no invertir en ciberseguridad; cualquier empresa puede ser víctima de este tipo de daños.

Además de los propios camiones, la ciberseguridad también afecta a toda la infraestructura informática, incluidos los sistemas de gestión de flotas o la organización del trabajo. De ser posible, estas áreas de responsabilidad deberían agruparse “en un todo” para que todas las áreas sean cubiertas.

A pesar de que aún no existe mucha legislación en esta materia, han aparecido ya algunos reglamentos y normativas como el reglamento de la Naciones Unidas WP.29 que ha establecido por primera vez normas uniformes de ciberseguridad para los vehículos.